EL MESTIZO TABARÉ RESUCITA
Tabaré, ópera de Tomás Bretón, ha sido relegada al silencio durante 109 años, a pesar de que las críticas de la época la califican de «éxito rotundo». Con su recuperación se cumple la misión del Teatro de la Zarzuela de «preservar, recuperar y difundir nuestro patrimonio», recuerda Daniel Bianco, director artístico del Teatro de la Zarzuela. Música y libreto son del propio Tomás Bretón, inspirado en el poema épico del escritor uruguayo Juan Zorrilla de San Martín. Esta es una de las 8 óperas que escribió Bretón. Daniel reconoce que de Tabaré sólo conocía el título y que existía. Hace dos años y medio estaba, en México, en un Encuentro sobre Zarzuela en el mundo, y en una de las comidas, el director musical del Teatro Solís de Uruguay, el maestro Martín Jorge, le habló de una obra que transcurría en Uruguay en el siglo XVI, y podía entrar en el apartado de las recuperaciones. En la misma comida se lo dije al profesor Casares, y me contestó «¡Imprescindible!» A los dos meses me llegó un paquete al despacho. El maestro Martín Jorge me mandaba una copia del manuscrito de la obra, no muy legible. Nos pusimos en marcha y tengo que agradecer al musicólogo Víctor Sánchez , la edición. Tabaré se estrena en el Teatro Real de Madrid en 1913 con sólo tres funciones y un éxito increíble. No se conocen las causas de su olvido, como tantas otras obras. Es una obra nada fácil, es muy comprometida musicalmente, pero para esta representación tenemos la suerte de contar, de nuevo, con el maestro Ramón Tebar, de gran trayectoria internacional. Tomás Bretón la compuso en un año y este estreno también sirve de homenaje. Daniel manifiesta cierta tristeza o melancolía al pensar que Bretón nunca aceptó su éxito con La Verbena de la Paloma. Siempre quiso que su éxito y transcendencia fuese por alguna de sus óperas. Sin embargo mundialmente es conocido por la genialidad de los 56 minutos de La Verbena de la Paloma. Me encantaría decirle que Tabaré es una gran obra y que estoy orgulloso de que forme parte de la 15 recuperaciones que ya llevamos haciendo en este Teatro. RAMÓN TEBAR, DIRECTOR MUSICAL En Estados Unidos Ramón Tebar es director principal de la Florida Grand Opera en Miami, de la cual ha sido director artístico y musical desde 2010; y es director artístico y musical de la Ópera de Naples desde 2014. Actualmente es director principal asociado de la Orquesta de Valencia, pero antes ha sido su director artístico y titular de 2017 a 2021. Este año ha fundado el Festival de Ópera de Naples. Tebar comienza esta temporada en la Ópera de Cincinnati con Carmen. Ha dirigido diversos títulos operísticos a nivel internacional y en el Teatro de la Zarzuela ha dirigido Marina (CLICK), de Arrieta, y El gato montés (CLICK), de Penella.
Cuando Daniel me pasó la partitura en un facsímil del original, y vi la escritura de Bretón no me lo pensé dos veces. Intuí la riqueza de esta partitura. Es extremadamente exigente y con influencia de los que defendía Bretón, la Nueva Lírica Española, y, en este caso, con muchas influencias wagnerianas, incluso impresionistas como el inicio del primer acto, con estas escalas pentatónicas, haciendo referencia al mundo arcaico del siglo XVI y al exótico mundo de América, o el inicio del tercer acto, en el que se puede escuchar la influencia del impresionismo francés, Ravel, Debussy…Estamos hablando del año 1913. Hay un gran conglomerado de influencias. Hay un momento muy evidente, que es la entrada de Blanca. Viene de Andalucía y recuerda su tierra. Cuando los soldados la ven entrar, utiliza una instrumentación con un violín solo, con unos giros muy españoles, pero apoyados por una armonía casi de Tristán e Isolda. Es una mezcla bastante exótica, pero por ahí van las líneas del lenguaje de Bretón en esta ópera. ¿VERISMO EN TABARÉ? Al tener la partitura ramalazos de wagnerismo, impresionismo y toques españoles, podría pensarse que al contacto con lo español podría pensarse que también hay algo de verismo. Según Ramón Tebar no hay verismo. Una de las cosas que he insistido en los cantantes es la ausencia de melodía, o de melodía reconocible en el canto. Los temas están todos en la orquesta, es una cosa que diferencia la ópera de Wagner con el verismo donde el canto tiene la melodía y la orquesta acompaña a esa melodía. En Tabaré, se diluye. Las arias, si se puede definir en algún momento como «arioso», tiene muy pocas veces la melodía principal en los cantantes. Al revés, trata la voz como un instrumento más que se ha de amalgamar con el resto de la textura orquestal, propio de la estructura wagneriana. Hay algunos pasajes armónicos con una tensión armónica que recuerda al primer Schönberg (Arnold Schoenberg), antes de llegar al dodecafonismo. Hay una disonancias muy largas, «leiv motivs» que aparecen por toda la ópera y los temas de las fanfarrias militares, siempre presentes, aunque sea en la lejanía. Una de las dificultades para los cantantes es el buscar las melodías reconocibles que es lo que se espera de la voz. Aquí no está en la voz, sino en la voz más la orquesta. Es un diálogo constante. Los temas principales de la orquesta pintan y dan el color del paisaje, describiendo la atmósfera, mientras que los personajes entran en un largo estado como místico de su enamoramiento, al estilo de Wagner. No es la inmediatez de un aria en unos minutos. Hay una excepción, y es la muerte de Tabaré, en la última escena. Se espera en no fura tan abrupta. El último acto tiene dos cuadros y a Tabaré lo matan en el segundo y solo emite un «¡Ahhh!» Es un collage de muchas mezclas, y, para mí, es la más evidente es la wagneriana; de la española hay unos tintes, pero siempre subyace esta armonización. También el impresionismo y me recuerda el Pelléas y Melisenda de Debussy, que también está muy influenciada por Wagner. El inicio del Gran Coro en el primer acto, que es un acto ritual funerario, con estas escalas pentatónicas, ahí no hay Wagner. Es totalmente impresionismo francés. Lo mismo con el inicio del primer cuadro del tercer acto. Hubiera sido muy interesante por dónde se podría haber desarrollado esta corriente.
Otra peculiaridad de Tabaré es que es una ópera en la que no existen los números, sino que los recitativos están fundidos en el conjunto. Si queremos hablar de arias o duetos, hay muy pocos que se puedan establecer desde inicio a fin. Está todo muy fusionado siguiendo la corriente europea. Es una ópera fantástica, una joya. Inexplicable cómo no se ha representado más veces. Quizá en esa época, en España, no se estaba preparado para seguir un movimiento de esta categoría. CONEXIÓN CON TEMAS POLÍTICOS ACTUALES A nivel de contenido es interesante el tema que trata sobre la relación amor-odio de los indios charrúas del siglo VI de la hoy República Oriental de Uruguay, con España. No era un tema habitual en la época y ahí puede encontrarse una de las razones de haber quedado en el silencio, según Ramón Tébar. De todas formas trata temas muy actuales. Tabaré es el jefe de una tribu con ojos claros. Su padre es de la tribu y su madre europea. Es un drama que termina de una forma muy abrupta. Bretón al ser el autor del libreto y la música imita la forma wagneriana de hacer todo, incluso la poesía, aunque en el prólogo respeta los veros original del Poema de Zorrilla. Incluso conecta con los acontecimientos actualísimos como son los de la Guerra de Rusia contra Ukrania. Es la muerte y culpa de Tabaré sin preguntar, cuando viene de salvar a Blanca. Tiene muchas cosas actuales y es un conglomerado de muchas cosas interesantes: musicalmente y temáticamente. Me parece una iniciativa fantástica que el Teatro de la Zarzuela esté haciendo esta recuperación. ¿FOLCLORE URUGUAYO EN BRETÓN? Durante 10 años Bretón ansió componer esta ópera, que luego compuso en un año, aunque en Uruguay estuvo de pasada. Como influencias musicales folklóricas está el Himno de Uruguay en la obertura. También están las danzas indias, pero tiene un color más de tipo caribeño. Era la concepción que se tenían de esas músicas. No creo que quiso recuperar el folklore, cuanto dar una impresión. Eso lo diferencia de Pedrell que utilizaba el folclore español o del lugar. Bretón hace una abstracción del folclore y es una impresión. Las escalas pentatónicas que utiliza al inicio no vienen de Uruguay. Las utiliza Puccini en Madama Butterflye. Era una idea de lo exótico y de lo de fuera. Cumplía su función en la época. Al escucharlo no da la idea de Uruguay, pro sí la sensación y el intento de dar ese color. Daniel Bianco precisa que el haberse decidido por la recuperación de Tabaré, que era una partitura muy exigente, se debió a que contaba con Ramón Tébar y la posibilidad de aunar a grandísimos cantantes como es el caso del tenor Andeka Gorrotxategui, que le toca hacer de Tabaré, el indio mestizo. Un personaje complicado que vive entre dos mundos. Al final se convierte en un inadaptado. Blanca es la joven española que despierta todo en Tabaré, y es el debut de la soprano Maribel Ortega en el Teatro de la Zarzuela. Luego está el guerrero Yamandú, al que pone la voz el barítono Juan Jesús Rodríguez. Don Gonzalo, cruz y verdugo, es encarnado por el tenor Don Alejando del Cerro. También nos acompañan los barítonos Luis López Navarro y David Oller. El bajo barítono Ihor Voievodin, el tenor César Arrieta, y el barítono Javier Povedano, y la mezzosoprano Marina Pinchuk. LEER MÁS El representar la versión en concierto y haber realizado la edición de la partitura, es una primera piedra para que un futuro se pueda escenificar y entrar en el repertorio operístico español. FUNCIÓN PRECIO Título: Tabaré (Drama lírico en tres actos) (versión en concierto), basado en el poema épico Tabaré de Juan Zorrilla de San Martín Intérpretes:
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