Doña Leonor – mujer burlada por Don Juan de Córdoba –, travestida de Leonardo, ansía vengar su deshonor y viaja a Flandes para saldar una deuda con Don Juan con la muerte o con el amor. Al llegar a Flandes encuentra a Don Juan, esclavo de su propio mito y ejerciéndolo como es debido con otra mujer. Es entonces cuando nuestra heroína modifica el sufrimiento en juego, el dolor en ingenio y el bloqueo en velocidad. LA VOZ DE LA MUJER Quien dirige Valor, agravio y mujer, de Ana Caro de Mallén, es Beatriz Argüello, actriz que, de momento, se pasa a la dirección escénica, aunque no es neófita en esto de la dirección pues desde que Lluís Homar llegó a la CNTC, Beatriz colaboró no sólo como actriz sino como ayudante, y tomó las riendas de Lo fingido verdadero (CLICK) en la gira. Lluís encuadra esta bina actriz-directora en la corriente actores que dirigen, lo cual puede aportar una mirada diferente. Valor, agravio y mujer se encuadra en lo que se ha denominado «el mito de Don Juan» que ha programado la CNTC, con varios títulos anteriores: El Burlador de Sevilla (CLICK), La instalación El Lugar y El Mito, Macho grita de Alberto San Juan. Valor, agravio y mujer es la voz de la mujer desde la autora y desde la directora sobre el mito de Don Juan. Es una respuesta desde la ironía, desde el juego, de ponerlo en su sitio, pero sobre todo, según Beatriz, desde el amor. BEATRIZ ARGÜELLO, actriz y directora Beatriz Argüello – Premio Miguel Mihura a la mejor actriz de teatro del 2016 –pertenece a la primera generación de los actores del Teatro de la Abadía formados por José Luis Gómez, ha desarrollado su carrera profesional en una veintena de montajes dirigidos por nombres de prestigio, así como ha pisado, como actriz, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Centro Dramático Nacional, el Teatro Español, el Teatro de la Abadía… Su carrera de actriz de prosa la ha compaginado Danza clásica en el Real Conservatorio del Escorial y bailarina en la compañía de danza Alabama Dance Theater en Estados Unidos. Como ayudante de dirección ha trabajado junto a Lluís Homar en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y con Juan Carlos Pérez de la Fuente en los Teatros del Canal. Ha dirigido El Caballero encantado de Benito Pérez Galdós, lectura dramatizada en los Teatros del Canal, y Estaciones de Isadora (CLICK) de Hugo Pérez de la Pica en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español. Para Beatriz el proceso de la interpretación hacia la dirección ha sido fluido y resultado de todos los años de aprendizaje como actriz y del contacto con directores. Desde su experiencia personal como actriz recupera cómo se sintió más cómoda y qué es lo ha echado en falta. A ello se une su experiencia con los diferentes equipos artísticos y el creer firmemente el que la dirección es fruto de todo un equipo. PONER EN VALOR A ANA CARO de MALLÉN
En este montaje Beatriz deja claro que asumir esta dirección concreta va más allá del puro hecho teatral, ya que se trata de «poner en valor» a Ana Caro de Mallén ya que lo considera un acontecimiento cultural, pues abre el canon y se da a conocer a esta mujer tanto tiempo silenciada. Cuando Lluís me propuso este texto, por lo cual siempre le estaré agradecida, la primera vez que lo leí me pareció un grandísimo juego teatral. Ana Caro se me reveló como una mujer con un conocimiento de la estructura teatral de las comedias del siglo de Oro, con un conocimiento de la cultura clásica, y poco apoco fui analizándolo con Juana Escabias– autora de la versión – en un trabajo de equipo absoluto. Es un grandísimo texto que, como los grandes textos, tienen la peculiaridad que vas ahondando y es como un pozo sin fondo. Siempre encuentras elementos nuevos a los que agarrarte. Apareció la apuesta de la protagonista por el amor, no le mata sino le ama. Al final de la función, apareció el elemento del amor ciego, el trampantojo, la imposibilidad de ver al otro, el juego del disfraz… EL DISFRAZ COMO LIBERTAD. Es una comedia que bebe de la tradición de las mujeres con disfraz varonil, donde el disfraz sirve de juego y espacio de libertad; donde detrás del disfraz puedes ejecutar tus más absolutos deseos y caprichos, que es lo que hace Leonor transformada en Leonardo. Otro elemento que surgió en el análisis de la obra que me interesó muchísimo, es esa capacidad que tiene nuestra heroína de perdonar. Es una mujer que a pesar de todo lo que le ha hecho Don Juan, es capaz de decir al final «Yo os perdono el mal concepto que habéis tenido de mi amor» A partir de ahí es capaz de transformar la venganza en amor, a través del perdón. Entonces ese viaje iniciático de esta mujer que aparece dispuesta a matar a su agraviador, viaja a Flandes, se disfraza de hombre, va con su criado -amigo (Ribete), y llega como una adolescente, pero con ese viaje acaba siendo una mujer. No me gusta mucho los arcos de los personajes, pues es una vida condensada en una hora cuarenta. El teatro siempre son fragmentos de vida más rápidos, en los que pasan muchas cosas, que la vida cotidiana. Son muy intensos.
El primer trabajo de Beatriz con respecto al texto fue en comandita con Juana Escabias: desmenuzar el texto. Lo leíamos juntas, lo leía yo, lo leía ella, escuchando la melodía latente. Con Juana he aprendido a amar a Ana Caro, a respetarla, porque, para mí, que he estado vinculada a esta casa (CNTC) como actriz, como ayudante de dirección, era una mujer de la que había oído hablar, pero desconocida. Ha sido un aprendizaje maravilloso. La puesta en escena no tiene empacho en partir de la época, porque Ana Caro sitúa esta comedia en entreguerras, en la tregua de la guerra de Flandes (1609- 1621). Lo dice Don Juan: «Asiento tienen las treguas de las guerras con Holanda, llévame a la Corte a entretenerme, puedo ejercitarme en las armas». Empecé a investigar la época, viajé a Bruselas y acabé en las pinturas de la época, que, para mí, ha sido un punto departida a nivel estético fundamental. A partir de ahí la pintura de Rubens – Los cinco sentidos (El Gusto, El Olfato, El Tacto, La Vista, El Oído) – y Brueghel me ha llevado a delimitar y posicionar esta función en los espacios escénicos. Hemos hecho una estilización de esos cuadros y aparece una Galería de Arte, un gran Cuadro, un batido de armas, un laberinto… So espacios reales pero al mismo tiempo simbólicos. Ese laberinto que aparece en los jardines barrocos con los setos en forma circular o cuadrangular, es el laberinto de nuestra propia mente. Es ese laberinto en que Leonor empuja a Don Juan a través de toda la función, donde Don Juan empieza a perder el sentido de la orientación, a tambaleársele sus propios cimientos de su propio Ego. Como Ana Caro retrata el personaje de Don Juan es algo maravilloso. No he necesitado ridiculizarle a través de la puesta en escena, porque se ridiculiza él mismo. No he querido remarcar eso, porque, como directora, no me interesa ridiculizar lo masculino, porque Leonor no lucharía por un hombre si ese hombre no merece la pena. Creo que Don Juan ejerce su propio mito de Don Juan; se asienta en su propio Ego, y así como Leonor pasa de aquella mujer adolescente, fogosa, impetuosa que va a matarle hasta esta mujer que decide perdonarle y amarle tal como es. Vemos a este Don Juan que aparece en el Ego aposentado en un hombre triunfador, acostumbrado a que todo le salga bien, acostumbrado a que cuando habla todo el mundo le escucha, cuando entra todo el mundo le mira porque tiene esa seguridad en sí mismo, ese encanto, esa seducción, y cómo, a través de la función, todo eso que ha vivido se empieza a desmovilizar y a desvanecer. Empiezan a cojear todos los cimientos de su propio Ego, y acaba metido en ese laberinto espacial, que es su laberinto interior y que Leonor lo deshace. Al final de la función Don Juan acepta el amor, pero tendrá, también, que revisitar sus propias vivencias como hizo Leonor a lo largo de esta función. Leonor es la que hace el camino. Además de Leonor intervienen Estela, Lisarda y Flora en las que no aparece la figura del padre protector, no aparece el Rey que la tercera jornada a impartir justicia castigando al malo y a vengar a la agraviada Estela, la condesa de Soda que vive en Flandes y se enamorará de Leonor transformado en Leonardo, es una mujer libre que decide su propio destino, con una libertad sexual que es capaz de decidir «quedamos en el terrero esta noche a ver qué pasa»– No hay esa figura masculina. Ana Caro está apostando por esas mujeres como motor individuales de la acción dramática sin depender de la figura masculina. JUANA ESCABIAS, versión
La versión de Valor, agravo y mujer se debe a Juana Escabias, Doctora en Filología Hispánica, dramaturga y directora de escena. Actualmente es profesora en la Universidad Complutense de Madrid (Facultad de Ciencias de la Información) en el Departamento de Periodismo y Nuevos Medios. Ha indagado exhaustivamente sobre Ana Caro de Mallén y su obra teatral. He dedicado, con pasión, tantos años de mi vida a buscar el rastro de esta mujer, por los archivos. Se había quedado en el olvido absolutamente. No se sabía dónde había nacido, ni dónde había vivido. ¿Quién era su familia? No se sabía nada de nada. Al final, cuando conseguí encontrarla, fue una satisfacción tremenda. Ana María Caro de Mallén de Torres fue bautizada en Granada el seis de octubre de 1601 por Gabriel Caro de Mallén y Ana María de Torres, padres adoptivos, especificando su condición de «sclava» y los pormenores de su prohijamiento. Fue dotada de una extraordinaria formación cultural. Hacia 1625, Ana Caro de Mallén inicia su carrera literaria en Sevilla, donde residiría el resto de su vida. Falleció en Sevilla en 1646 a consecuencia de la peste y su nombre se ha olvidado durante muchos años. Fue la mayor dramaturga del siglo de oro, sin lugar a dudas, reconocida por los hispanistas y por toda la comunidad internacional. En vida estrenó en los Corrales de Comedias, recibió fama y merecimiento de todos sus contemporáneos. Luis Vélez de Guevara la alaba, María de Zayas, Castillo Solórzano…, un montón de personalidades de la época. Fue una mujer muy importante. Tenemos documentos de cobro a cambio de sus obras. Hay documentos inéditos y otros ya existían. Que ahora doña Ana Caro Mallén después de tantos siglos de olvido, de desidia, esté aquí, que Lluís Homar la haya seleccionado para estar en la Sala Grande es un acto de justicia, es un sueño. Yo soy dramaturga también, y la mujer que se le programa siempre va a la Sala Pequeña (Sala Tirso de Molina). Parafraseando a Virgina Wolf digo que «hemos conquistado la habitación propia del sótano». La han programado durante dos meses; la lleva a Almagro; «han rotulado su nombre por las calles», como se decía en su época; ha llenado todo de carteles; han puesto todos los medios materiales, humanos y un equipo estupendo con Beatriz a la cabeza. Estoy feliz por Ana Caro, porque es un acto de justicia que ella esté aquí, porque es un autora extraordinaria. ANA CARO ¿FEMINISTA?
En diversos Congresos o debates sobre Ana Caro, en contra de lo que pueda parecer, se le ha acusado de falta de feminismo, en algunos foros muy radicales. Decían que quería casarse con un hombre. Es una visión un poco simplista. Lo podemos analizar desde la mentalidad del s. XVI hasta nuestros tiempos. Es una mujer que tiene una visión diferente de la vida. Una de las cosas más ricas de esta función es la visión de la sociedad ofrecida por una mujer del siglo XVI. Construye personajes libres, como eran las mujeres en aquella época. Había directoras de escena. En las genealogías hay contabilizadas 950 actrices, directoras de escena prácticamente 50, empresarias…La mujer no era ama casa, trabajaba, hacía de todo. El texto es buenísimo y su virtud es la visión de una mujer sobre esa sociedad. Presenta mujeres libres como Estela, Lisarda…que son dueñas de su destino que manifiestan con naturalidad. Otra cosa es que la Historia las haya enterrado. Por otra parte Juana precisa que Ana Caro no hace ningún juico moral y no ridiculiza a los hombres. No ataca al elemento masculino. Los hombres de la obra son muy inteligentes, muy sabios, incluso Don Juan, aunque es diferente de los otros hombres, pero en ningún momento le ataca, ni le ridiculiza. Hace ciertas burlas con todos los personajes, porque es comedia, pero no los ataca como se entiende hoy día. Presenta una sociedad estratificada, como es la del siglo de oro, pero incluso Ribete, criado de Leonor, lo presenta como amigo y no como criado: «No eres mi criado, eres mi amigo». Es otra forma de ver la relación entre hombres y mujeres, de una forma muy natural. En cuanto al texto no ha hecho falta retocar nada, solamente he eliminado dos personaje que ni hablaban. Eran circunstanciales que acompañaban o llevaban una bandeja. La versión no se ha tocado, salvo pequeñas cosas como eran la presentación que Don Juan hace de sí mismo o en algunos monólogos, propios del siglo de oro y que no aportaban nada a la acción dramática. Las obras de Ana Caro, Juana las califica de «madurez dramática». Esto también nos trae a Isabel Clara Eugenia, que era la infanta, la reina gobernadora de los países bajos, hija de Felipe II. Ella está reinando en la corte donde se desarrollan estos acontecimientos. Esa fue otra gran mujer. Fue la que introdujo a Rubens en España. Fue una de las grandes mecenas, educada por otra mujer, Sofonisba Anguissola(Cremona, c. 1535-Palermo, 1625), la pintora del s. XVI. Es muy importante que las instituciones estén llevadas por personas que amen la cultura, como es el caso de Lluís Homar, en este momento. Eso además de ser una representación, es un hecho histórico. Está abriendo el repertorio, engrandeciendo toda la cultura española que es muy rica. Se pone en valor el gran patrimonio que tenemos los españoles. Agradecemos en nombre de Ana Caro el que esté donde tiene que estar.
PERDONAR POR AMOR
El perdón por amor a Don Juan es crucial en este texto, pero siglos después también José Zorrilla en su Don Juan Tenorio también recurre a ello por intercesión de Doña Inés, no así Tirso de Molina en El Burlador de Sevilla. A este respecto Beatriz precisa Leonor, antes de perdonar, creo que se da cuenta de que el deshonor que ella arrastra no es tal deshonor. En realidad ¿qué es estar agraviada? ¿Acostarse con un hombre por amor? Que esa virginidad femenina, que ya no es virgen y ya es una mujer mancillada … Es un concepto patriarcal y antiguo. Leonor se da cuenta de que nunca ha estado agraviada. Las viejas historias que le han contado, esa tradición de la virginidad femenina que fuera del matrimonio la pierdes y o vas al convento o vas a vengarte y vas a matar al agraviador, es una estupidez. Leonor se da cuenta de que nunca estuvo agraviada y desde ahí perdona. Por ahí van los tiros. Es traer a actualidad el texto. Eso viejos valores se contraponen a los nuevos valores. Es un cambio de mentalidad. Es romper la estructura de las viejas tradiciones. Desde que Leonor no se siente sucia, no se siente mancillada, porque ella también es esclava de esas viejas tradiciones y por eso va allí «¿Le matarás?» «¡Mataréle!». Lo primero que dice es «Con este traje – al travestirse de hombre – recobraré mi perdido honor». Ella sigue la tradición patriarcal. A lo largo del camino se dará cuenta de que no es necesario, porque ella se perdona a sí misma. Es más, se da cuenta de que no hay nada que perdonar. Se acostó con él por amor. Este concepto es contemporáneo, porque hoy en día están también las coletillas de toda esa mentalidad. Un hombre que se acuesta con muchas mujeres se consiente, pero una mujer que se acuesta con muchos hombres hay viejas maneras de ver el comportamiento masculino y femenino. DOÑA INÉS Y DOÑA LEONOR Julia Piera (Doña Leonor) añade que la diferencia con el perdón de Doña Inés es que ese perdón es más abrupto. Doña Inés desaparece durante la segunda parte de la obra y aparece al final y perdona. En esta función vemos el proceso desde una casi adolescente Leonor, recién agraviada, y va matarle. Esta tía se lo quiere cargar. En Doña Inés no se ve el proceso hasta llegar al perdón. Aquí sí se ve. Es como más adulto y se puede entender, porque se ve en escena. Otra diferencia es que Doña Inés perdona después de su muerte y viene a salvarlo. Aquí Leonor perdona a Don Juan en vida.
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Título: Valor Agravio y Mujer
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Valor, agravio y mujer. Caro. Argüello.CDN
