I lombardi alla prima crociata. Verdi.TR

1842, “Nabucco” había sido un gran éxito en el Teatro alla Scala de Milán. Bartolomeo Merelli, empresario del teatro, no dudó en pedir a Giuseppe Verdi, bajo un contrato económico suculento – 8.000 liras austríacas – una nueva ópera, dejándole elegir el argumento.  Verdi escogió el poema épico (1826) de Tommaso Grossi, y recurrió a Temistocle Solera (Ferrara,1815 – Milán,1878), libretista de Nabucco” y de las primeras óperas de Verdi: Oberto, conte di San Bonifacio”, “Nabucco”, “I Lombardi alla prima crociata”, “Giovanna d’Arco”, “Attila”. Tanto Solera como Verdi se pusieron a trabajar intensamente y el 11 de febrero de 1843 se estrenaba en el Teatro alla Scala de Milán.

IVÁN AYÓN RIVAS (Tenor)/ ALEX ESPOSITO (Bajo) / MIREN URBIETA-VEGA (Soprano)
FOTOS: TEATRO REAL

“I Lombardi allá prima crociata” obliga a una profusión de decorados de gran efectividad y lujo. Es lo que deslumbro en su estreno en Milán. De alguna manera esta ópera pretendía seguir el éxito de “Nabucco” y no es inocente la inclusión del coro patriótico “Jerusalem…Jerusalem” de cruzados y peregrinos, que evoca el “Va pensiero” de “Nabucco”. La opinión generalizada de la crítica histórica considera

LIDIA FRIDMAN / FRANCESCO MELI / MERCEDES GANCEDO
FOTOS: TEATRO REAL

La mayoría de los críticos reconocen que la trama es un tanto errática repleta de dramáticos giros que se aceptan gracias a una partitura con enérgicas marchas y vibrantes concertantes que proporcionan a escenas, en principio, inverosímiles una gran autenticidad. Es una partitura irregular que posee momentos muy conseguidos y otros efectistas que hacen las delicias del público.  

A nivel de números musicales caben destacar:
Acto Primero
T’assale un tremito (Giselda)
Te, Vergin santa (Giselda)
Acto Segundo
La mia letizia infondere (Oronte)
Oh madre dal cielo soccorri al mio pianto (Giselda)
Acto Tercero
Gerusalem…Gerusalem… la grande (coro)
Acto Cuarto
O Signore, dal tetto natio (coro)

Tras “Nabucco”, cabe imaginar el entusiasmo del público milanés al levantarse el telón en el 11 de febrero de 1843. Ante ellos, en decorados pintados con excelente perspectiva, la Piazza de Sant’Ambrogio de Milán y la fachada de la Basílica del mismo nombre, un dato que el director televisivo Renato Castellani potencia visualmente en la serie televisiva (7 DVD), producida por la RAI sobre la Vida, obras y amores de Verdi. En el capítulo donde se recoge el estreno de “I Lombardi alla prima crociata”, nada más levantarse el telón, se oye la voz entusiasta del público: “¡Sant’ Ambrogio!”  Se trataba de captar la atención de los espectadores.  
A pesar de las reticencias sobre una partitura perfecta, la crítica reconoce que en esa heterogeneidad de ambientes consigue momentos de gran fuerza dramática e inspiración musical. A nivel argumental, la relación amorosa de Giselda con el musulmán Oronte, que parece ser el centro de la historia, queda en segundo plano, así como la conquista de Jerusalem. En ese humanismo sobre sus personajes que caracteriza a Verdi, centra su mirada en redimir al parricida Pagano, al convertirlo en ermitaño, purgando su culpa.

MANUEL FUENTES (Bajo) / DAVID LAGARES (Bajo)
FOTOS: TEATRO REAL

“I Lombardi allá prima crociata” se considera, en parte, una continuación de «Nabucco». Lo es en lo que respecta el éxito en el día del estreno, en seguir con los argumentos históricos y religiosos, pero no en cuanto a la historia en sí mismo.
«Nabucco» se desarrolla durante la cautividad de Babilonia, “I Lombardi” se sitúa en la Primera Cruzada. La continuidad se puede percibir en el estilo épico-patriótico, surgido en el contexto del Risorgimento italiano, que le lleva a tratar los temas opresión, libertad y unidad nacional, como respuesta a la invasión austriaca en Italia. Ambas óperas aportaron melodías que se transformaron en himnos patrióticos corales de libertad. En “Nabucco” es el famoso “Va pensiero” y en “I Lombardi” el “Gerusalem…Gerusalem…” Tras estas las dos óperas, a Verdi se le identifica con Il Risorgimento, aunque algunos historiadores ponen esa obsesión por Il Risorgimento en su libretista Temistocle Solera, más que en Verdi. Sea como fuere, Verdi terminó siendo el símbolo de Il Risorgimento a través de sus melodías que gritan libertad y autogobierno para Italia.

“I Lombardi allá prima crociata”, no es muy representada escénicamente. Se recurre a ella en versión de concierto como es el caso de esta representación en el Teatro Real de Madrid, que viene dirigida musicalmente por Daniel Orien y por José Luis Basso en lo concerniente al Coro, e interpretada por
Iván Ayón Rivas (Arvino), Alex Esposito (Pagano), Miren Urbieta-Vega (Viclinda), Lidia Fridman (Giselda), David Lagares (Pirro), Josep Fadó (Un prior de la ciudad de Milán), Manuel Fuentes (Acciano), Francesco Meli (Oronte), Mercedes Gancedo (Sofia)

ANNA PIROZZI / LIDIA FRIDMAN
FTOS: TEATRO REAL

José Ramón Díaz Sande
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