COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA CLÁSICA
GALA EN EL TEATRO REAL
José Carlos Martínez al tomar posesión de la dirección de la Compañía Nacional de Danza (CND), recogía los ecos del deseo de un ballet clásico para España y prometió comenzar con la andadura del clásico a partir de una base realista. Ese realismo consistía en la falta de recursos, no de bailarines, para afrontar el elevado precio de una empresa de tal calibre. Si en los tiempos de bonanza – la época de Nacho Duato y los años anteriores – un interrogante era cómo ajustar el presupuesto pata mantener el ballet contemporáneo y el ballet clásico. estos tiempos de penuria se lo han puesto a José Carlos más difícil. No obstante ha comenzado a cumplir la promesa, y dentro de la Compañía Nacional de Danza se incluye un logo como éste: CND©.
Durante este año se ha puesto a trabajar con 20 bailarines de clásico y sin presupuesto extra. Había que vivir con lo establecido para la CND, que queda muy lejos de los necesario para montar los grandes ballets. Por eso, el programa ofrecido para la presentación del un ballet clásico en ciernes, ha preferido la discreción y lo ha construido a base de piezas breves, aptas para el número y calidad de los bailarines que posee.
El 14 de marzo presentaba en el Teatro Real de Madrid, con asistencia de la Reina, su primer programa. Una primera parte formada por:Tres Preludios (Ben Stevenson/ Serguei Rachmaninov); Holberg Suite (Tony Fabre/ Edvard Grieg); El Cisne Blanco (-paso a dos del II acto de “El Lago de los Cisnes”- Ray Barra (sobre la original de Ivanov-Petipa) / Tchaikovsky); Who Cares? (George Balanchine/ George Gershwin), y una segunda parte: Sonatas (José Carlos Martínez/ Domenico Scarlatti y Padre Soler).
Elegir ese variado programa es un buen abanico de exhibición de lo que puede dar de sí este ballet clásico en ciernes. Como presentación de un único día, juegan con desventaja. De cara a la galería que lo va a juzgar, la buena o mala impresión depende de esta exhibición. Como ayuda para este primer paso de lo que será el ballet clásico, ha contado con Lucía Lacarra para interpretar el paso a dos junto a Marlon Dino. Además del gesto de ayudar a algo que comienza, invitaciones de solistas de otros Ballets es algo que entra dentro del apartado "Estrellas invitadas".
De lo que hemos visto, los tres Preludios son un paso a dos, enmascarado como si de una clase de danza se tratar, con barra incluida. La construcción de la coreografía posee elegantes líneas composicionales que Seh Yun Kim y Toby William Mallit interpretan con limpieza. el primero de ellos resulta el más atractivo.
Tony Fabre ha prestado su Holberg Suite, coreografía para la CDN2 junior en la época de Nacho Duato. Con abundantes pasos de lenguaje clásico, coquetea también con lo contemporáneo. Hay momentos efectista en la composición de conjunto que resultan agradables. Todos los bailarines mostraron precisión y fluidez, ya que es una coreografía de ágiles líneas en u composición.
El cisne blanco con Lucía Lacarra y Marlon Dino fue un elegante paso a dos, en el que Lucía tiene mayor protagonismo. El público se volcó con ellos.
Who cares? no es la primera vez que se ve en España, sí lo es la primera vez que lo baila la CND. Se trata de un divertimento de Balanchine sobre música de Gershwim,en el que sin perder un suelto y refrescante estilo clásico, hay guiños hacia composiciones y pasos de mayor libertad, emparentados con la modernidad del baile americano a lo Broadway. Los diversos bailarines lo resuelven suficientemente destacando la seguridad y técnica de Seh Yun Kim y la de Yae Gee Park. Noëlie Conjeaud brillo por su expresividad y el público supo premiarla.
En Sonatas cabe destacarla brillantez de las tres parejas solistas. El conjunto, dentro de una corrección, requiere más rodaje, algo que es fácil de obtener en un futuro. Choca un poco la "lugubrez" del vestuario, que contrasta con la partitura más chispeante. Posiblemente sea un prejuicio, pero falta un toque más cálido a toda la coreografía.
La Gala era simplemente una carta de presentación y como tal da garantías. El interrogante es hasta cuando soportaremos este estado de penuria, y podamos llegar a una Compañía de Ballet Clásico en toda regla. Por el momento, José Carlos lo tiene difícil. Valga su entusiasmo.
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