Hace 93 años se estrenaba en el Teatro de la Zarzuela El caserío de Jesús Guridi. Hace 42 años pisó por última vez este teatro. En 2011 el Teatro Arriaga de Bilbao en coproducción con el Teatro Campoamor de Oviedo creaba un nuevo montaje dirigido por Pablo Viar y viajo por diversos lugares, entre ellos Madrid en los Teatros del Canal (2015). En este 2019 vuelve a Madrid al Teatro de la Zarzuela para comenzar la temporada.
El caserío en las composiciones musicales de Jesús Guridi marca el momento en que el compositor se convence de que no es un desdoro musicar zarzuela. Atrás quedaba composiciones operísticas como Mirentxu (1910) y Amaya (1920). Atraído por la Doña Fancisquita (1923) de Amadeo Vives, éste le presenta a sus libretistas Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw, y Guridi les propone la creación de un libreto que deambule por el alma vasca en un lugar que se llamó Arrigori: Una aldea imaginaria de Vizcaya como lugar idílico y feliz, transmitida a través de la música. Desde el principio fue un éxito. DESHACER LA MALA IMAGEN QUE SE TIENE Daniel Bianco, director artístico del Teatro de la Zarzuela y diseñador de la escenografía de El caserío, piensa que la obra aborda el folklore de la tierra de Jesús Guridi con verdadera elegancia y donde se respira su amor a la tierra vasca, a su raza y al alma. No es una cuestión de nacionalismo, sino de amor a su tierra. Guridi vuelve al Teatro de la Zarzuela, su casa, con El caserío y en noviembre con otra obra anterior, Mirentxu, en versión concierto y por vez primera en esta casa, en euskera, ya que hace 57 años se hizo en castellano dirigida por el maestro Rubio. El reponer tanto El Caserío como Mirentxu es para deshacer la mala imagen que se tiene de que la zarzuela pertenece sólo a un sitio y a unos personajes de Madrid. La zarzuela es muchísimo más plural, más abierta como es España. También hay zarzuela catalana, y que recuperaré. Lo único que no hemos encontrado es que haya zarzuela en Ceuta y Melilla, de las demás regiones sí. JUANJO MENA
Para remediar esta ausencia de 42 años, Daniel Bianco ha invitado a una figura excepcional que es el director musical vasco Juanjo Mena (Vitoria-Gasteiz, 1965), quien no vive en una aldea imaginaria sino en su propio caserío. Vivo en mi caserío vitoriano con su palmera. Lo primero que canté cuando un señor me sacó de una clase de manera desinteresada para que cantase en una Escolanía fué las 6 Canciones Infantiles de Guridi. A partir de ahí, todo fue Guridi en mi vida, a través del folklore, de mi experiencia haciendo pasacalles, tocando chiste, saltando con los blusas en la fiestas s de Vitoria… Es algo que está dentro de mí y no puedo dejar de quitarlo. Eso es fundamental en mi carrera, aunque no lo parezca. El Mena parte desde abajo, de las vivencias más elementales, sencillas y naturales que son las que, después, te van conformando y haciendo pasar por otras etapas. Después de cantar a Guridi entró en el Conservatorio de Jesús Guridi porque mis padres consideraron que era adecuado que después de cantar en una escolanía debería hacer algo de solfeo. De ahí llegó el desarrollo en el Conservatorio hasta llegar a la Escuela de Música y conocer a Carmelo Bernaola, que cambió el nombre de Conservatorio por Escuela. Pensó que todo el pasado quedase atrás y se crease algo nuevo. Creamos el Grupo Instrumental Jesús Guridi para música contemporánea, aquel Caster Camera, cuando aquí el «cabrito», de Daniel(risas) me propuso dirigir esto… Hay un dato my importante y es que en mi época como director de la Orquesta Sinfónica de Bilbao pude trabajar muchísimo en esta obra que ellos conocían al dedillo, pues la habían hecho con muchísimos directores antes de mi llegada, pero lo más conclusivo por lo que me siento honrado de estar aquí, es tener la oportunidad de hacer esta producción con alguien como Pablo(Viar) que conoce muy bien la obra. Que se sabe hasta el último dedo de cualquier vocal que se han dejado los cantantes de decir, y el poder tener una partitura. SE ME ABRIÓ UN MUNDO MARAVILLOSO
Juan Mena manifiesta que lo de «poder tener una partitura» puede parecer extraño pero recuerda que cuando grabé con la Orquesta de Bilbao esto, hace 20 años, lo único que tenía era la parte de piano con voz. Hasta hace poco y gracias a la donación de Miguel Roa que tenía un manuscrito de Guridi y lo puso en circulación a través de la Editorial Tritó, no hemos podido tener una partitura de orquesta. Para mí se abrió un mundo maravilloso que lo estoy disfrutando estos días: ver que está la orquestación, escuchar que está al servicio del texto, escuchar que todo tiene una relación. Cosas que antes no entendía, ahora las entiendo. Estoy desarrollando El caserío y estoy aprendiendo con este elenco fantástico, con gran capacidad y que como yo hice cuando era pequeñito, con 7 años, están teniendo la máxima atención para colocar los acentos tónicos de las palabras en su sitio y no como hacer, a veces, que dependen de dónde esté la voz o la nota. Si se cogen las 6 Canciones infantiles de Guridi, se verá que todo está en su sitio: «subir y bajar, bajar para subir «(indicación gestual y de voz de lo que canta) con todos los acentos tónicos. Me parece una obra magistral. Ahora dese el punto de la orquestación todavía me parece más. Es un órgano sonando y eso es lo que hace que esta zarzuela sea especial. No es casual que Teresa Berganza, nuestra querida cantantes, fuese su alumna de órgano y cante como canta. Estoy en un momento precioso. Es maravilloso y voy a disfrutar muchísimo. SI NO HAY LIRISMO EN ESE ZORTZIKO Algún estudioso ha puesto en duda la simbiosis del folklore con el lirismo, en cuanto que el folklore apunta a un verismo y no al o lírico. Uno de los ejemplo sería Sasibil mi caserío que parte de un zortziko. Para Juan Mena no es así. Si no hay lirismo en ese zortziko que venga alguien y lo diga. Si Ángel Ódena no está cantando con lirismo y con color ,pues… Puede ser que alguien quisiera más verismo u otro tipo de lenguaje, pero lo más importante cuando tomamos la figura de Jesús Guridi es pensar con qué tocó vivir a toda esa generación de compositores. Estamos hablando de las dos guerras, de la guerra civil, estamos halando de Ángelita cuando venía de viaje le traían de extraperlo para comunicar. Estamos hablando de gente que trabajó con los antiguos métodos de la orquestación, gracias a Dios porque eran muy buenos, pero sin ningún tipo de conexión con lo que estaba ocurriendo. Escuchar una cita como hay en El Caserío de Tristán e Isolda, está ahí. No sé si hay alguien que la ha visto o no. Alguien que es capaz de decir de este modo «yo quisiera estar haciendo esto»… Además en la orquestación de muchos números se acerca muchísimo al sonido que, probablemente, pudo descubrir de alguna grabación o partitura de Wagner. PABLO VIAR
Pablo Viar (Bilbao, 1974) es licenciado en Historia por la Universidad de Deusto, especializado en Historia Antigua y Medieval, y diplomado en Música y Artes Escénicas por la London Academy of Music and Dramatic Art. Desde 2005, trabaja como director de escena de ópera, zarzuela y teatro. Ha sido ayudante de directores de escena como Robert Wilson (La dama del mar) (CLIKEAR), Emilio Sagi (Erwartung, Salome), Tomaž Pandur (Hamlet (CLIKEAR), Medea), Mauricio Gª Lozano (Antígona de Sófocles, en el Teatro Romano de Mérida) y Graham Vick, entre otros. En 2011, llevó a cabo la dirección de escena de la zarzuela El caserío, de Guridi, en una nueva producción del Teatro Arriaga de Bilbao y el Teatro Campoamor de Oviedo, por la que recibió el Premio Revelación de Artes Escénicas 2011-Tertulia Escena Siglo XXI. En el Teatro de la Zarzuela ha sido ayudante de dirección de Graham Vick en la producción de Curro Vargas (CLIKEAR), de Ruperto Chapí, que obtuvo el Premio Campoamor 2015 y ha dirigido, en coproducción entre la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela, el programa doble de Une éducation manquée (CLIKEAR), de Emmanuel Chabrier, y Los dos ciegos (CLIKEAR) (2015), de Francisco Asenjo Barbieri, así como un programa triple de tonadillas de Blas de Laserna : La España antigua, El sochantre y su hija y La España moderna (CLIKEAR)(2016). En 2016 dirigió en La Zarzuela la obra barroca Iphigenia en Tracia (CLIKEAR), de José de Nebra, con escenografía de Frederic Amat. En 2018 dirigió el espectáculo de nueva creación Enigma Pessoa en el Teatro de la Abadía. Y ya en 2019, ha dirigido una nueva producción de la Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, en el Teatro Villamarta de Jerez. Entre sus futuros proyectos, destaca la dirección artística de los actos de apertura del nuevo Centro de Arte, Cultura y Congresos Muxikebarri en Guecho, Vizcaya. SOMOS ESLABONES
Pablo manifiesta su alegría por volver al Teatro de la Zarzuela, al que le une un afecto especial porque es mutuo a través de diversos trabajos. Nosotros somos como eslabones de una larga cadena en la tradición y nos toca coger el testigo de este Caserío, tantos años después de su aparición en este escenario. Desde el principio fue un lujo trabajar con Daniel Bianco(escenografía), con el maestro Gómez Cornejo(iluminación) y Jesús Ruiz (vestuario). Entre todos intentamos reflejar la inmensa poesía, el lirismo, el sentimiento, el humor y la magia que encierra esta obra maestra de Guridi, que está entre los títulos más importantes de la zarzuela. Esta producción, a lo largo de sus reproducciones, se ha ido enriqueciendo gracias a todos los intérpretes y maestros que la han ido interpretando, por los que siento un respeto y una admiración profunda. En esta ocasión no es menos. Aprendí del maestro Roa(Miguel), que en paz descanse, que conoció personalmente a Guridi, y decía que Guridi era un soñador. Me alegró mucho tener esa charla con el maestro Roa, porque es parte de esa ensoñación, de esa nostalgia, de esa magia con la que está tocada esta obra y que encierra un misterio, en el sentido en que no se desgasta. Siempre encuentras cosas nuevas. Está admirablemente escrita como dice el maestro Mena y es una alegría inmensa traerla a escena con este admirable doble elenco de artistas, a los que es un placer acompañar a cada paso, y descubrir los inmensos matices y pequeña variedades que cada uno aporta desde su talento y su corazón. Es una alegría contar con un grupo de danza extraordinario como Aukeran Dantza Konpainia y con los tres actores que también nos acompañan y con el Coro de esta casa que, en esta ocasión, no solo una realiza una labor musical impecable como siempre, sino una labor escénica verdaderamente fundamental en la función, porque desde el momento en que entran en escena en el segundo acto, ya prácticamente no desaparecen. Quería alabar la camaradería y el cariño con el que todos hemos trabajado durante estas semanas y que espero se refleje en escena y que se transmita al público. CONCENTRAR EL LIBRETO MANTENIENDO
A nivel de puesta en escena y por lo tanto al crear al dramaturgia Pablo subraya que nunca son gratuitas, sino muy estudiadas. Se ha empezado por concentrar el libreto manteniendo el argumento, su humor y su belleza. El acto primero es una introducción de los personajes y es como si fuera un pequeño cuento que funciona casi de manera autónoma. Acaece frente a la fachada del caserío. Todo lo que sucede en el primer acto encuentra su reflejo en el segundo y tercer acto, porque este es un mundo en el que existen muchas cosas duplicadas. Por ejemplo, el mundo del caserío y el mundo de la sidrería. En el mundo del caserío existe un triángulo que funciona con el Tío Santi como cabeza y los dos sobrinos. El Tío Santi es un personaje fascinante, un poco a lo Rigoletto. Es padre y madre a la vez, y eso le da unas peculiaridades muy curiosas en el cómo adopta a estos dos jóvenes. Este mundo del caserío encuentra su reflejo en el mundo de la sidrería que es matriarcal, la cual es importante en el país vasco, encarnado magistralmente por Itxaro Mentxaka que forma otro triángulo con Inosensia y Txomin. Un reflejo humorístico de los protagonistas originales. A partir de ese preludio que es una pieza musical extraordinaria y en manos del maestro Mena es gloria bendita, da inicio al mundo del frontón, donde hemos intentando concentrar toda la acción de los actos segundo y tercero. EL FRONTÓN, ÁGORA DEL CORO GRIEGO El frontón en el mundo vasco opera como plaza del pueblo, recuerda Pablo. Opera como ágora griega, pero es también como han indicado muchos artistas Oteiza, Chillida y demás, un lugar cósmico. Una caja metafísica, y eso intentamos recogerlo. Por eso en ese sentido el trabajo del Coro sentado en las gradas del frontón recoge reflejos del Coro Griego. Finalmente hay unos elementos de magia y de la brujería encarnados por Itxaro, que ayudan a la solución del conflicto final. Se trata de intentar concentrar la emoción, el profundo sentimiento y el lirismo de la pieza. Sólo intento ser un puente entre el libreto, la pieza que se nos da y el público y servirlo de la manera más analítica y profunda posible.
NOS FELICITARON VIVAMENTE
La versión que llega al Teatro de la Zarzuela es la misma que se estrenó en el 2014 en los Teatros del Canal. En ella se han suprimido diálogos hablados. En aquella ocasión vinieron, según Pablo Viar 40 descendientes de Fernández Shaw, aparte de los de Guridi, que siempre nos acompañan, y nos felicitaron vivamente por la dramaturgia de cara al libreto. El criterio de suprimir diálogos es un criterio de concentración para crear un espectáculo lo más ágil y potente posible, después de un análisis del libreto y respetando absolutamente toda la música y todo el argumento. El criterio es puramente artístico y siempre a favor de que el espectáculo sea más ágil.
Desde el 2014 hasta este 2019 el espectáculose ha ido enriqueciendo en las sucesivas reposiciones. De hecho en esta producción el comienzo es distinto; algunas partes intermedias son distintas; en la procesión aparece una banda en escena… LA ESCENOGRAFÍA El espacio escénico se debe a Daniel Bianco. El reponer El caserío nació en Bilbao y Pablo Viar le entregó a Daniel un libro de postales vascas. Yo hice una cosa que recomiendo que la gente no haga: meterse en you tube. Quedé espantado porque no sabía qué hacer. Enseguida hablamos. Yo viví 8 años en Bilbao y muy metido, con lo cual agradezco muchísimo esos 8 años. Vi que el frontón es la plaza del pueblo y el sitio donde se reúnen todos. Dado que José Miguel era pelotari y que la plaza del pueblo era el frontón, lo centré allí. Se lo transmití a Pablo y él tuvo ideas brillantes, como la de un partido de pelota en cámara lenta mientras Ana Mari y el Tío Santi tienen un dúo, que es de una belleza increíble. Ahí sí que se pueden ver esas fotos que Pablo me había dado en el libro. LA SPATA DANZA,
Uno de los elementos a destacar es la danza que en esta ocasión corre a cargo de la compañía vasca Aukeran Dantza Konpainia, dirigida por Eduardo Muruamendiaraz. Juanjo Mena tiene especial conocimiento de ella: La presencia de la danza, desde el segundo acto, es muy importante y Guridi utiliza, casualmente, como se suele hacer en la Iglesia todavía en muchas parroquias de Euskadi, el que aparezca un dantzari a bailar en el momento más importante de la consagración. Ahí es donde Guridi utiliza una spata danza, que no es tan lírica ni tan bella como la de Amaya que es más conocida. Ésta nos ha dado bastantes problemas porque rítmicamente es muy compleja. Para una misma estructura hay diferentes ritmos y hace quesea algo muy especial, quizás, precisamente, porque estamos en la casa de Dios. Lo más maravilloso en el encuentro con Eduardo, es que, cuando nos conocimos, toda la relación de «tempos» estaba y no ha tenido que sufrir. Solamente la primera vez fue un poco rápido pero era para ponerles a prueba (risas). Aukeran Dantza Konpainia es un grupo experto y fue muy bonito porque es un grupo abierto He visto cosas que nunca había visto en la spata danza, y también en el preludio donde está el zortziko y toda la danza final. Me han contado que cuando está la melodía lírica y de repente suena un golpe de trompeta que se repite en tres momentos continuados. ¿Qué pinta eso ahí? Lo que se me transmitió es que en el baile entre dos personas, es un juego de pellizcar al de al lado o molestar al otro. A Eduardo se lo comenté el primer día y hubo una intención de ¡por qué no hacer algo así, ya que así estaba pensado? En efecto está ya pensado. Eduardo hace un gran trabajo para que todo esté más actualizado. Juanjo Mena considera que la estructura de la danza es fundamental para mostrar cómo el pueblo vasco bailaba mucho y cantaba. Ahora se canta y baila menos, como le dije el otro día al Lendakari. En cuanto a la danza recuerdo el primer día que Pablo se puso a colocar la escena dijo «Vosotros salís a escena bailando». En cuanto vi cómo bailaban, les dije «¡No, no! así no se puede bailar. El ritmo de danza tiene que ser, el ritmo tradicional, en el que se salta y se cae. Ese es un ternario. Se sube en dos y se baja en uno». Ahora no. Como la gente no quiere saltar y todo tiene que ser facilón y cómodo, se mueven con los brazos en alto pero sin despegar los pies del suelo. Simulan el salto. Entonces como eso es muy lento, la gente lo hace a toda pastilla. Las fanfarrias, al menos en Vitoria, lo hace rápido a ritmo de reguetón, y claro los «blusas» no saltan. Yo cuando era «blusa» saltaba y eso es lo interesante. HA SIDO SUPEREMOTIVO Y SUPERIMPORTANTE Por parte de Eduardo Muruamendiaraz agradece el que se haya podido hacer la danza como se hace en el país vasco. Hemos podido sacara en el escenario la forma y el sentimiento. Ha sido superemotivo y superimportante que no nos hayan cortado nada. Nos han dejado hacer todo lo que queríamos hacer y más. Es un momentazo muy importante para nosotros y que así se vea la cultura en un espectáculo tan grande como es este de El caserío. Skerri Asko al maestro Mena y a Pablo porque para nosotros es muy importante estar en esta producción.
FUNCIÓN Teatro accesible PRECIO
Título: El Caserío Intérpretes:
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