
EL VIZCONDE
Música: FRANCISCO ASENJO BARBIERI
Dirección musical y piano: MIQUEL ORTEGA
Dirección de escena: ALFONSO ROMERO
en la
FUNDACIÓN JUAN MARCH
de
MADRID
Miércoles en directo por Canal March, YouTube, RTVE Play y Radio Clásica: 18:00 h.
miércoles 24 de septiembre 2025: 18:30h
sábado 27 de septiembre 2025: 12:00h
domingo 28 de septiembre 2025: 12:00h
miércoles 1 de octubre 2025: 18:30h
– La Fundación Juan March rescata dos zarzuelas inéditas estrenadas hace 150 años y caídas en el olvido, en una nueva coproducción de la Fundación Juan March, el Teatro de la Zarzuela, el Teatro Mayor de Bogotá y el Teatro Metropolitano de Medellín
– A partir del 24 de septiembre, cuatro representaciones en la Fundación Juan March estrenarán en tiempos modernos dos obras de Francisco Asenjo Barbieri: “El vizconde”y “Gato por liebre”. Las dos obras se funden en un juego escénico en el que el género chico adopta los códigos de la telenovela de los años 70, en el formato Musical de Cámara
– Esta producción cuenta con la dirección de escena de Alfonso Romero y la dirección musical de Miquel Ortega y con un reparto constituido por cantantes que doblan personajes: Irene Palazón (soprano), Blanca Valido (contralto), Juan Antonio Sanabria (tenor), César San Martín (barítono).

1970, el tocador aristocrático de la Baronesa, que espera a su amante Serafín. Su doncella critica los excesos de maquillaje en las rancias damas maduras, con lo cual dan “gato por liebre». Llega la Condesa, otra que tal y añoran los viejos tiempos en los que la alcurnia tenía valor. Ambas se disputan a Serafín. Esperan el capítulo de su telenovela favorita, El Vizconde, que es una historia de duelo, amor y ambición que ocurre en el reinado de Felipe V. El Vizconde va alternando “Gato por Liebre” y la telenovela. Hay cierto paralelismo de amores y deseos, y en medio de todo este ajetreo, Serafín pondrá punto final y las dos damas esperarán el capítulo del día siguiente.
“EL VIZCONDE” VIAJARÁ A BOGOTÁ Y MEDELLÍN
RAMIRO OSORIO, Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (Bogotá)
Ramiro Osorio, director del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo en Bogotá, es una institución pública que celebra 15 años de existencia. Precisa que este Teatro tiene como vocación natural enrolarse en diversas producciones y especialmente en la Zarzuela, ya que en Bogotá hay una consolidada tradición.
En estos 15 años hemos tratado de ir incrementando y profundizando el amor de nuestros públicos a la zarzuela. Hemos hecho la “Luisa Fernanda” (click) del Teatro Real, “La del manojo de rosas” (click) de la ópera de Oviedo, “Viva Madrid” de los Teatros del Canal, “El barberillo de Lavapiés” (click) del teatro de la Zarzuela y “Domitila” (click) que hicimos conjuntamente entre la Fundación Juan March y el teatro de la Zarzuela.
La contratación sigue dos fórmulas, o bien se lleva la producción completa, o como sucede con “Domitila” (click) y “El Vizconde” se lleva también el creativo de directores musicales y escénicos y el reparto. Estos se reúnen con los músicos colombianos.
Para nosotros es un acontecimiento muy “promisorio” que podamos unirnos a proyectos de esta naturaleza, que van fortaleciendo esta relación de vasos comunicantes que tenemos.
El Teatro Mayor es, quizás uno de los mayores escenarios de América Latina en donde más tienen presencia los artistas españoles.
Nosotros hacemos los Procesos de la creación contemporánea y en 2024/25, España fue el invitado de honor. Tuvimos todo: la orquesta sinfónica nacional, el ballet nacional, la compañía nacional de teatro, pero también otro tipo de producciones como es el flamenco, vino María Pagés. Es decir, una diversidad por la que el Teatro Mayor ofrece una visión prospectiva de lo que es la creación en este país. También hay mucho de lo contemporáneo. Nos unimos a esta ida con todo el compromiso, con toda la ilusión.

FOTO: FUNDACIÓN JUAN MARCH
FUNDACIÓN JUAN MARCH
MIGUEL ÁNGEL MARÍN, Fundación Juan March
Miguel Ángel Marín, director del Programa Musical de la Fundación Juan March desde 2009, ha programado, conjuntamente con el Teatro de la Zarzuela, el Teatro Mayor de Bogotá y el Teatro Metropolitano de Medellín, un espectáculo de género chico formado por dos títulos estrenados con éxito en la década de 1850: la zarzuela cómica “El vizconde” y el entremés lírico-cómico “Gato por liebre” a través del formato Teatro Musical de Cámara. Está fórmula nació en el 2014 gracias a un “entente” entre el Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March con la pretensión de ofrecer al público madrileño y a otros públicos títulos señero del repertorio de Ópera de Cámara que no tienen suficiente presencia en los teatros españoles en general. Miguel Ángel hace hincapié en que, aunque ahora se ve como natural venir al Teatro del a Zarzuela a presentar este proyecto de género chico hay que recordar
Ya en el 2015 hicimos “Los dos ciegos” (click) de Barbieri, junto a “Une éducatión manquée” (click) de Emmanuel Chabrier, que tiene su herencia de Offenbach, en ese período glorioso del género chico. En el 2016 hicimos “Tres tonadillas” (click) de Blas de Laserna. La tonadilla no es un género de zarzuela, pero está, claramente, en el ámbito del teatro lírico español y se tiene como uno de los gérmenes que acabará siendo el género chico.

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“El vizconde” y “Gato por liebre” , históricamente, se sitúan en ese momento en que se está fraguando, con frenesí, lo que llamaremos “género chico”, y también es el momento en que se inaugura el Teatro de la Zarzuela, 10 de octubre de 1856. Con anterioridad había nacido el Teatro por horas, lo cual obligó a dramaturgias, salas y compañías especializadas en el teatro breve. Todo ello cristalizó en el conocido como género chico: obras divertidas en un acto, cuya representación no superaba la hora de duración. “El Vizconde” de 1855 y “Gato por liebre” de 1856, son dos títulos que en esta ocasión forman un todo, y según Miguel Ángel precisa que
Estamos en esa gestación culminante del género chico. Acabará siendo una fórmula de enorme éxito y el Teatro de la Zarzuela contribuyó a que fuera uno de los emblemas de la cultura musical teatral española y con un personaje fundamental en este proceso que es Francisco Asenjo Barbieri, el autor de estos dos títulos líricos cómicos. Los recuperamos después de 125 años.
El ”Gato por liebre” se hizo en versión de concierto hace unos 10 años, pero ni de esa obra ni de “El Vizconde” hubo una representación escénica. Por lo tanto, hay que hablar de ”recuperación”, término fundamental en el trabajo del Teatro Musical de Cámara.
Otra singularidad, con motivo de esta representación, es que el Teatro Musical de Cámara ha ideado una doble producción.
Desde hace unos años detectábamos que las coproducciones que hacíamos conjuntamente, cada vez, tenían mayor demanda. Han pedido reposiciones de los títulos estrenados. Ello da a entender que estamos en un momento de atractivo de Teatro Musical de Cámara, en cambio en España todavía no tenemos Salas aptas para ese Teatro Musical de Cámara. De hecho, nosotros, la Fundación Juan March, no tenemos un Teatro sino una Sala de Conciertos, que tiene que adaptarse con sus dificultades, sus limitaciones y sus dosis extras de creatividad para adaptar un espacio que no es un Teatro. Esta contradicción entre el interés por un Teatro Musical de Cámara y la ausencia de una red de buenos teatros pequeños, nos ha llevado a idear un principio de solución, que la ponemos por primera vez en “El Vizconde”, y consiste en tener una doble versión de exactamente la misma producción. En Madrid se verá la versión de cámara, un arreglo en sexteto de zarzuela, muy popular en la época en cafés y otros espacios que no tienen orquesta, arreglo que pedimos al director musical Miquel Ortega. Habrá también una versión orquestal, la natural en muchas producciones de zarzuela de la época, que es la que viajará a Colombia en Bogotá y Medellín. Misma música, mismos cantantes, mismo reparto, misma escenografía. Es decir, la producción es exactamente la misma, sólo que el acompañamiento instrumental aquí será de sexteto de zarzuela y allí de orquesta.

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UN PROYECTO CON SALIDA EN MADRID,
Y DESTINO LATINOAMERICA
Esto supone un poco más de trabajo para todos, pero abre las puertas a lo que Miguel Ángel denomina
Un potencial mayor para difundir obras que tienen una concepción camerística, como es el género chico, pero se podrán ver en lugares más amplios. Estamos muy contentos con esta red hispanoamericana que empezó fraguarse tímidamente la temporada pasada, ahora se consolida con estos dos teatros. Veremos si se fragua con otros teatros latinoamericanos. Ya sabemos que hay Teatros en chile que están interesados y viendo la logística que es enormemente complicada pues no separan miles de kilómetros de un océano inmenso, y estamos con la esperanza y las ganas. Estamos ya trabajando para que las próximas producciones de este proyecto hermanado, entre el Teatro de la Zarzuela y la Fundación del Teatro Musical de Cámara, sea un proyecto que tiene su germen y salida en Madrid, pero que acabe permeando la vida musical no sólo de las ciudades españolas sino también en ciudades latinoamericanas.

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MIQUEL ORTEGA, director musical
LOS LIBRETOS SON BUENÍSIMOS, Y
MUSICALMENTE ES ALGO INCREÍBLE.
Miquel Ortega es asiduo colaborador con el Teatro de la Zarzuela y con sus proyectos. Otro enlace habitual suyo es con Colombia, país con el que ha colaborado en más de una ocasión. Ante este nuevo proyecto, Miquel destaca la figura de Barbieri.
Es uno de los genios de España, y no sólo de España, sino del mundo porque tenemos un nivel de compositores, increíble, empezando por todos los que nosotros conocemos, Falla, Turina, Albéniz etc, y en el mundo de la zarzuela, Barbieri es un referente, en el momento histórico tan importante como es la creación del Teatro de la Zarzuela. “Gato por liebre” se estrena en el mismo año, 1856, en el que se inaugura este Teatro. Nos encontramos ante dos obras muy divertidas con sentido del humor, no sólo del libreto, sino por parte de la música. Barbieri es capaz de recrear momentos de una ironía tremenda, desde el punto de vista musical. Leonard Bernstein (West side Story) hablaba mucho del humor en la música, porque parece que estamos hablando de algo muy serio, cuando lo que hace es un guiño a la ópera clásica, a Mozart, Rossini, sobre todo. Ahí vemos la inteligencia de este gran compositor. Hay que decir que los libretos son buenísimos, y desde el punto de vista musical es algo increíble.

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“Gato por liebre”, Miquel la considera una obra muy ligera y corta, ya que tiene sólo cuatro números musicales.
Con la capacidad que Barbieri tenía, seguramente la escribió en una tarde o en una mañana, o en una noche. Parafraseando al gran Lope de Vega, “Más de una en horas veinticuatro, pasaron de las musas al teatro”, yo creo que en Barbieri corría algo parecido. Son cuatro números deliciosos; usa también los aires de danza, algo muy típico en él, como sucede en “El barberillo de Lavapiés”, que tiene tanos aires de danza. Aquí también. Esos cuatro números más un pequeñísimo preludio que sirve de introducción, son una joya en sí mismos. “El Vizconde”, realmente considero que es una música de primerísima calidad. Unido al extraordinario libreto, son dos obras con las que el público va a disfrutar muchísimo. Son obras muy ligeras, de muchísima calidad, pero que están pensadas para que el gran público las disfrute, con una facilidad en las melodías muy pegadizas, pero detrás hay una factura de composición muy importante.
Miquel precisa que, aunque se trata de dos obras cortas, no hay que confundir su género con el que se acuñará después, género chico.
No es género chico, pues cuando las compone Barbieri en 1855, aún no existía el Teatro por horas, y los argumentos son muy distintos.
ALFONSO ROMERO, director de escena
ERES LIBRE DE HACER UN PROGRAMA DOBLE COMO TAL
Alfonso Romero se encarga de la dirección de escena. Para ello ha contado con un equipo creativo que ha tenido que enfrentarse a un reto difícil. Ellos son: Rosa García Andújar que ha diseñado el vestuario; Félix Garma, en el diseño de iluminación; y Carolina González en la escenografía. Según Alfonso, la categoría de reto se debe a que
Al unir estas dos obras, se planteaba la dificultad de pasar de una a otra, y esto ocurre dos veces a lo largo de la obra, con lo cual tenemos que pasar de una escenografía a otra. Hay que pasar de un cuadro a otro cuatro veces, de una forma muy rápida y muy ágil, y con el vestuario igual.
El género chico, a nivel de representación, comenzó a plantear problemas cuando decayó el Teatro por Horas (1868 – 1910). Aquellas piezas nacieron con la duración de menos de una hora, y sus formas teatrales, siempre de carácter musical, eran varias: sainete, juguete cómico, zarzuelita, revista, parodia y opereta; todas ellas de carácter cómico y tono ligero. Su espacio de exhibición se inició en el Café-teatro, y salones. Ante el éxito obtenido se pasó al Teatro al uso. Cuando en 1910 el Teatro por Horas se hundió en el pasado, las compañías de zarzuela se encontraron con la dificultad de la corta duración. La zarzuela tradicional exigía una hora y media o dos horas. Se inventó el programa doble, cuando se representaba el género chico. Los directores de escena se quebraban la cabeza para justificar por qué se unía “estos dos títulos”. Similitud de contenidos o de estilo musical; piezas del mismo compositor; homenajes de los cantantes; inclusión de números musicales del mismo autor, pero de otros títulos…Prolongar la historia de un título con la de otro título, manteniendo los mismos personajes como José Carlos Plaza conjuntó “Los amores de la Inés” y “La Verbena de la Paloma” (click) etc. En esta ocasión Alfonso Romero ha ideado otra solución. Se encontró con que le habían pedido un programa doble, dos títulos sin solución de continuidad.
Miguel Ángel cuando me ofreció dirigir estas dos obras, me dijo “Eres libre de hacer un programa doble como tal: hacer una obra, pausa, y pasar a la siguiente obra, o tendría gracia si encontrásemos alguna justificación o giro dramatúrgico para que las dos obras estuvieran conectadas”

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EL ENTREMÉS “GATO POR LIEBRE”,
PRÓLOGO, INTERLUDIO Y POSTLUDIO
La máquina de pensar de Alfonso comenzó por un análisis dramatúrgico.
Empiezo por “Gato por liebre” que es un entremés cómico-lírico, que dura muy poquito, y siguiendo la función original de lo que es un entremés, que es introducir números musical en los intermedios de una obra más grande, me dio la clave de decir “voy a coger este entremés, voy a hacer una especie de prólogo, interludio y postludio de la obra de más duración que es “El Vizconde”, y llamar al espectáculo como la obra de mayor duración, “El Vizconde”. Entonces el “Gato por liebre” nos sirve marco donde entra “El Vizconde”.
SEÑORAS DE ALTA ALCURNIA
ENGANCHADAS A UNA TELENOVELA
“Gato por liebre” trata de dos señoras de alta alcurnia, una baronesa y una condesa, con bastantes años de edad. La baronesa está obsesionada por seguir viéndose guapa y sin arrugas. A la condesa, que está de vueltas de todo, le da igual una arruga más o menos. Las dos añoran aquellos tiempos en los que la nobleza y la hidalguía tenían un valor.
Ambas, en un saloncito de estar divino con televisión, están enganchadas a la telenovela, “¡EL VIZCONDE!”. Será representado como si fuera una telenovela de los años setenta, una telenovela de época, ambientada en el siglo XVIII. Estas dos señoronas están totalmente enganchadas a esta telenovela. La unión es fantástica porque vamos a presentar al Vizconde superdivertido: una mezcla de Estudio 1 con esas producciones de televisión un poco exageradas con un decorado queriendo aparentar algo, pero no da para más. Tiene mucha gracia. Todo reforzando la estética original de ambas obras.
Al tener que entrar y salir los mismos personajes, por ejemplo, la que hace de Baronesa se convierte en Don Alfonso, descendiente directo de El Cid.
Todos los personajes de “Gato por liebre” tienen una especie de alter ego, y por tanto se sienten identificados con algunos personajes de esta telenovela. Yo no quería que cambiaran tanto de vestuario que no se reconociera que son los mismos cantantes. En eso Rosa en el vestuario ha sido una pieza fundamental. Quería que hubiera una contaminación de ambos personajes. La baronesa, la condesa, la sirvienta y el amante de las tres, porque hay una especie de Serafín que es tremendo, se ven identificados con un personaje de la telenovela. Entonces el juego de identidades, de vestuario, de comicidad es frenético y muy divertido. Los cambios de escenario y parte del vestuario son “a vista”.

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TRAVESTISMO, UN PLUS DE COMICIDAD.
Aparte de todo este cambalache escénico, entra otra componente: el travestismo.
El travestismo es un extra que refuerza esta comicidad de la obra. Casi ningún personaje hace el personaje en su sexo. Esto proviene del propio libreto original. La baronesa y condesa está escrito que sea barítono y tenor. No me lo he inventado, con lo cual, entre que cambian de personaje y cambian de sexo es un disparate super divertido. He contado con la complicidad de mi equipo y de mis cuatros solistas cantantes actores, refuerzo lo de actores, porque hay mucho texto, que han entrado de modo fantástico en este ritmo frenético, cómico y petardeo estupendo, divino que tiene la obra. Es muy buena música, muy buen texto, muy buenos actores y recalco lo de actores, porque se ve que han trabajado muchos y defienden muy bien los textos. No puedo estar más contento con su trabajo.
Alfonso Romero sale al quite de las dificultades que el escenario de la Fundación Juan March, puede tener al ser, fundamentalmente, una Sala de Conciertos, como se ha excusado Miguel Ángel Marín.
Esta limitación la Fundación la suple con su buena fe, su buena voluntad, su esfuerzo y con todo el quipo de la Fundación. Nosotros que pasamos de teatro en teatro y sabemos lo que es encontrar un teatro en que todo es “¡NO!, en La Fundación todo es “¡SÍ!, vamos a intentarlo” o “Veremos”. Es tan bonito llegar a un Teatro o a un Auditorio y todo es ¡SÍ! y pro ayudar.
EL RIESGO DE LOS CANTANTES
Todo ese trasiego de escenarios, travestismo, identidades y ritmo acelerado del espectáculo lo tienen que sufrir o degustar los cantantes. Ellos son: Juan Antonio Sanabria (tenor), Irene Palazón (soprano), Blanca Valido (contralto), César San Martín (barítono)

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JUAN ANTONIO SANABRIA, tenor, Condesa y Rodrigo
Juan Antonio Sanabria, tenor, aclara el equívoco de “género chico” como género menor. Ya el compositor Camille Saint-Saëns al ver una representación de “La Gran vía” exclamó sorprendido “¿Y a esto le llaman Género Chico?”
El género chico, en este caso, no desmerece para nada, yan o de cualquier zarzuela importante, sino de cualquier ópera. Nosotros, los cuatro cantantes, ya hemos cantado mucho, y creo que un proyecto así se lleve a cabo y salga bien, es el compromiso del artista, no solo con su personalidad propia, sino con la versatilidad que es muy importante. Muchas veces los cantantes se quejan “Es que esta posición…” ¡No!, tenemos que comprometernos, sobre todo, con el personaje, en este caso con ambos personajes, lo cual lleva una complicación doble. También con la escena, porque de lo que se trata es de que el publico que viene a vernos se divierta, se emocione, se entristezca… Para mí esto está siendo un viaje, no sólo divertido sino fantástico porque me siento muy arropado, muy bien guiado, y, sobre todo, agradezco a la Fundación Juan March y al Teatro de la Zarzuela por haber contado conmigo nuevamente, en un proyecto totalmente diferente, que era “El caballero avaro” (click) de Rachmaninov.
CESAR SAN MARTÍN, barítono, Don Alfonso y La Baronesa
En estos últimos años el barítono César San Martín ha cantado frecuentemente en el Teatro de la Zarzuela, por lo tanto, es de sobras conocido. En su curriculum priva el canto operístico, con éxito, pero ello no impide que debido a su amor por la zarzuela intervenga asiduamente cantándola y propalando su valor lírico. En esta ocasión estos dos títulos le son desconocidos.
No las conocía, ni había leído los libretos nunca. Nada de nada. Cuando Miguel Ángel me llamó y nos enviaron los libretos y los leí, me parecieron muy divertidos. Mi amor por la zarzuela es porque yo, de pequeñito, mis padres, trabajaban los dos y me dejaban en casa de mis abuelos. Yo, hasta los tres años, pasé todos los días en casade mis abuelos. Me acuerdo, con mis piernecitas colgando, asomado al balcón mirando por la ventana cómo pasaban los coches y mi abuelo escuchando música y leyendo el periódico. Cuando entré en la Escuela de Canto a estudiar, y empecé a oír zarzuela, lo que yo creía por primera vez, me “retrotajo” a aquellos años maravillosos. Entonces, para mí, salir al escenario a cantar zarzuela es recordar a mis abuelos. Es una vinculación maravillosa. Es algo que llevo con muchísimo cariño ¿Zarzuelero?, y a mucha honra. Me parece algo precioso.
Aterrizando en estos dos títulos desconocidos, César piensa que el público
no va disociar entre un personaje y otro, como decía Irene, porque los disociados ya somos nosotros. Yo interpreto a Don Alfonso y a la Condesa. Don Alfonso es un señor, descendiente de los Guiobares. Tiene un hijo que no siempre sigue los pasos, y tiene siempre que parecer que hace las cosas. La Condesa es otra cosa. Yo agradezco no tanto estar en la producción, sino la cuota de gimnasio que todos nos hemos ahorrado (risas) por los cambios superrápidos. Hacer un “click” en la cabeza para pasar de un personaje a otro es una locura. Siendo zarzuela, yo encantado. El tema de los textos es más complejo, porque es en verso. No puedes decir “aquí algo parecido”, porque en muchas ocasiones no cuadra.

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IRENE PALAZÓN, soprano, Cecilia y Vizconde
Irene Palazón confiesa que el cantar y hablar y moverse es una dificultad añadida.
Los libretos tienen mucho texto. La colocación de la voz no es la misma en el cantando que en el hablado. Creo que los cuatro nos hemos adaptado muy bien, ya que tenemos muchas ganas de hacerlo y enseguida hemos entendido el ritmo de Alfonso, y lo que nos quería transmitir y la comicidad de las obras. Es un reto, pero lo estamos sacando adelante con mucha alegría y mucho compromiso. Al público le va a encantar. Musicalmente son unas obras que tienen una complejidad que a priori no te esperas. Unos concertantes con tintes rossinianos complicados. Barbieri con esos giros musicales está haciendo guiños a la comicidad del libreto. Por otro lado, los dos libretos, Alfonso los ha fusionado tan bien y con tanta comicidad, que cuando el público salga de la función nunca va a poder disociar “Gato por liebre” de “El Vizconde”. Es un todo con sentido.
BLANCA VALIDO, contralto, Doña Elena y Serafín.
Blanca Valido destaca como primordial el equipo de este montaje. Es la primera vez que canta en la Fundación Juan March, en la que se siente “superagusto”.
No saben lo importante que es, imagino en todas, en una carrera como ésta y en un proyecto como éste, cómico, encontrarse con un equipo de compañeros tan fantástico, que te lo pone todo fácil, esa seriedad que, a veces, conlleva nuestro trabajo como es la letra. Cuando hay una equivocación, cuando hay que reírse, para que funcione lo cómico. Tengo que agradecer tener unos compañeros tan fantásticos.
A nivel de estructura teatral Blanca lo sitúa en
Esa especie teatro ambulante, como Rossini daba a muchas de sus obras, y, sobre todo, el entretenimiento. Asombra cómo se puede con una música tan compleja como ésta crear algo tan sencillo, tan “entendible”. Hay obras en verso que son complejas, pero no es el caso. Se va a entender todo. Nos reímos muchísimos entre nosotros y de nosotros mismo, y creemos que va a funcionar muy bien.
Blanca se mueve en el registro de mezzosoprano, y aunque ha cantado “El barberillo de Lavapiés” en el papel de Paloma, y otros Barbieri, en esta ocasión se sorprende en lo referente a la tesitura.
Para una “mezzo” la voz es bastante aguda, a pesar de que pone contralto en la partitura. A veces estoy junto a la soprano. Para mí ha sido un poco complejo, pero, al final, está tan bien escrito que es bastante cómodo. Una de las dificultades es que no hay referencia sonora anterior, y no se puede ira a consultarle para ver cómo lo hizo tal o cual. Aquí estamos nosotras. Lo creamos, pero siempre está la duda: “¿Funcionará? ¿Lo estamos haciendo bien?”
El personaje que interpreta Blanca es la duquesa, Doña Elena, basada en el cuadro de Goya de la Duquesa de Alba y Serafín.
A la duquesa Doña Elena la interpreto en “El Vizconde” y a Serafín en “Gato por liebre”. Doña Elena es esa niña de posibles, con su enamorado, el Vizconde, y Serafín, un señor chulito.

La Fundación Juan March en todos sus proyectos no olvida la dimensión pedagógica, de ahí que las funciones contemplen la asistencia de colegios e institutos.
FUNCIÓN
miércoles 24 de septiembre 2025: 18:30h
sábado 27 de septiembre 2025: 12:00h
domingo 28 de septiembre 2025: 12:00h
miércoles 1 de octubre 2025: 18:30h
Miércoles en directo por Canal March, YouTube, RTVE Play y Radio Clásica, con entrevista previa a las 18:00 h.
PRECIO
Gratis
Título: El vizconde
Música: Francisco Asenjo Barbieri
Formato Teatro Musical de Cámara
Escenografía: Carolina González Sanz,
Diseño de vestuario: Rosa García Andújar.
Diseño de iluminación: Félix Garma
Músicos: Orquesta de Cámara
Pablo Quintanilla y Elena Rey (violín), Adrián Vázquez (viola), Blanca Gorgojo (violonchelo), Antonio Romero (contrabajo)
Intérpretes: Irene Palazón (soprano, Cecilia y Vizconde), Blanca Valido (contralto, Doña Elena y Serafín), Juan Antonio Sanabria (tenor, Condesa y Rodrigo), César San Martín (barítono, Don Alfonso y la Baronesa)
Dirección musical y piano: Miquel Ortega
Dirección de escena: Alfonso Romero
Duración: 80 minutos
Estreno en Madrid: Fundación Juan March, 24 – IX – 2025

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