NADIE LO QUIERE CREER
LA PATRIA DE LOS ESPECTROS
Es habitual la visita de La Zaranda a Madrid, y en estos últimos años al Teatro Español. Viene con un nuevo espectáculo: Nadie lo quiere creer. La patria de los espectros. Viene con una medalla: el Premio Nacional de Teatro 2010, “por su capacidad de conjugar una decidida y comprometida puesta en escena y un texto global que entronca con la tradición ibérica del esperpento, a través de un lenguaje contemporáneo de gran carga poética, puesto de manifiesto en 2009 en el espectáculo Futuros difuntos”.
EL TEATRO TIENE QUE SORPRENDER
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FOTO: LA ZARANDA |
Este nuevo montaje se estrenó el 16 de octubre en el Festival Temporada Alta de Girona. Y como en otras ocasiones Paco de La Zaranda, director del montaje declara lo que ella es su marca de fábrica:
· Cada trabajo tiene su misterio particular. No hacemos teatro de repertorio. Queremos que el teatro nos sorprenda. Son criaturas terriblemente vivas que nos alimenta. Nuestro discurso fundamental no ha cambiado desde el principio. Ahora queremos que el teatro se nos revele y se exprese a través de nosotros. Como cualquier trabajo tiene un argumento que sostiene la puesta en escena y por eso es importante que hable el autor. Con todo, el “argumento” puede ser muchas cosas, pero siempre es una metáfora, por ejemplo una casa puede ser el mundo. Expresar en palabras lo que hemos querido decir sobre la escena, es difícil.
El autor es Eusebio Calonge, como en otras ocasiones.
· Respecto a lo argumental, hay que analizarlo en profundidad. Se trata de una mansión de blasón apolillada, un jardín en el que nunca se pone el sol y siempre está húmedo. Es el lugar de las apariciones. Hay habitantes en luchas por quedarse con su poder, apuntalando algo que es la ruina. Brotan al amparo der las ruinas y los espejos, en la oscuridad de las vidas sin designios, en ese nosotros sin destino. Asoman en el sentimiento de los perdido, en el anhelo de lo que nunca llegamos a tener y en la resignación de no haberlo alcanzado nunca. De un argumento tan simple se alarga hacia una alegoría. Son devastaciones del tiempo que nos reflejan y que se llaman épocas.
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FOTO: LA ZARANDA |
El teatro de La Zaranda desde su primer montaje conocido a nivel nacional Los Tinglaos de Maricastaña (1983), marcó una línea en el panorama teatral, que llevó a un calificativo de “teatro de minorías y público culto”.
· Tal calificativo es lo que se nos ha dicho en varias ocasiones. Aquí hemos tirado por lo popular: el sainete sombrío que también podría ser comedia negra y que en realidad es el esperpento, el cual es mitad chabacano y mitad sublime. El humor muy corrosivo se agria al entrar en contacto con la realidad tan áspera sin renunciar a las fuentes de La Zaranda. Uno de los factores importante es la referencia con el público que aquí es más clara y la dificultad es que no sabemos cómo funciona el público.
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CON CADA MONTAJE SE INICIA UN CAMINO
Para Paco de la Zaranda todos estos años pasados aunque hayan marcado una línea, cualquier propuesta inicia un camino.
· Son tantos años, casi 34, que ya he perdido el recuerdo de los inicios. El inicio está, en realidad, en lo que estás haciendo en ese momento, pues inicias una nueva propuesta. De lo demás es mejor olvidarse, menos de la poesía, pues la creación siempre nos sorprende de nuevo. Es importante que el teatro nos mantenga la ilusión intacta. Hay que huir del derecho a copiarse y ser muy obediente a la voz interior que no sabes de dónde viene y te mueve y es la escena. Me gusta más la acción que la palabrería. Lo que uno dice es lo uno hace. Cada espectáculo es como una criatura tuya o tu hijo y no vas a hablar mal de ella. Lo importante es que, al menos, sea útil para uno o dos espectadores.
Durante todos esos años La Zaranda ha cobrado prestigio internacional, pero, en sus inicios, era ignorarla en España.
· Llevábamos ya 10 años en España y nadie nos conocía. Fuimos a América y comenzamos a ser conocidos – recuerda Paco –, y esto se ha contagiado. Tenemos un público que considero el mejor del mundo. Muchas veces nos hemos dado cuenta de que lo que hacíamos servía y entonces te ves en la obligación de seguir haciendo teatro.
UNA ESTÉTICA ATESORADA A LO LARGO DE LOS AÑOS
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FOTO: LA ZARANDA |
A lo largo de todos estos años el teatro de La Zaranda posee unos lugares comunes: “el uso simbólico de los objetos, la expresividad visual, la depuración de textos y la plasmación de personajes límites; y como método de trabajo, un riguroso proceso de creación en comunidad. La Zaranda, como cernidor que preserva lo esencial y desecha lo inservible, desarrolla una poética teatral que lejos de fórmulas estereotipadas o efímeras, se ha consolidado en un lenguaje propio, que siempre intenta evocar a la memoria e invitar a la reflexión”.
En estos 34 años, a pesar de lo aportado, Paco ve necesario para una nueva creación
· Que un personaje me sorprenda. Siempre que se aborda un trabajo, uno se plantea y “¿ahora qué vamos a hacer?” Lo mismo cuando se aborda un personaje. Si se tiene fe que va a aparecer, aparece. Con los años alcanzas oficio además de la inspiración que es lo que tienes al principio. Si te falta la inspiración, echas mano al oficio, pero lo importante es la inspiración.
El momento creativo lo completa Eusebio:
· Es más un encuentro entre lo que uno busca y la presencia. Ahora, en el teatro de hoy, no existe esa “presencia”. Sólo hay un texto, una puesta en escena y una producción, pero nada te sorprende. La esencia del teatro es la “presencia”: que sorprenda y el encuentro.
· Cuando un trabajo se va, el nuevo va viniendo – añade Paco. La creación es continua. La vida del creador es como un sacerdocio, nunca está quieto. El próximo trabajo ya está en nosotros, pues nos da la vida para que el nuevo nazca.
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LA “PRESENCIA”, MEOLLO DEL TEATRO
Eusebio Calonge ha planteado la “presencia” como algo esencial al teatro y enfrentado al teatro al uso. Ello le da un matiz de “teatro personal”. Ello hace pensar en que tal filosofía hace pagar un precio muy alto. El calificativo de “personal” es algo que Eusebio agradece, pero insiste en que
· El teatro es la vida y el dolor que siente uno y esto en cualquier arte: ser honesto y con pureza. En cuanto al precio es “muy alto”, porque nunca se puede llegar a lo que quieres. Se ha hablado de “nuestra soledad”, pero no es tal. En cuanto a lo económico este tipo de teatro llega a quien tiene que llegar y esta es la suerte de La Zaranda. Tienes que ser lúcido con tu dolor y expresarlo, pero no tanto a través de lo mediático, sino hacer que venga el público. Se trata de “hacer camino al andar”.
POCOS ACTORES Y OBJETOS CON PERSONALIDAD
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FOTO: LA ZARANDA |
Una de las constantes del Teatro La Zaranda es contar con un número reducido de actores, aunque son muchos los que han querido entrar.
· Muchísimos. Ha habido algún espectáculo que hemos contado con 9 personas – precisa Eusebio –, pero la estructura económica no te deja crecer, en este aspecto. La inspiración te lleva, entonces, a hacer con tres actores lo que, en principio, necesitarías 10.
Una de las características de La Zaranda es el uso de los objetos, que han ido disminuyendo.
· Cada vez recurrimos menos a ellos, porque el propio actor se convierte en objeto. De ahí que llevemos menos objetos. Los mismos actores son actores-objeto.
El mundo interpretativo de los actores de La Zaranda, es muy peculiar, de ahí que cuando se incorporan nuevos actores, provenientes de diversas escuelas, parece que plantea, en principio, cierto ajuste.
· Es difícil cuando provienen de caminos distintos – reconoce Eusebio –, pero en los ensayos surge un resorte vital que pone en comunicación a todos y se produce la conmoción.
· Hemos trabajado con mucha gente y terminamos los tres: Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Enrique Bustos – añade Paco.
Todos los personajes en que se desdoblan los tres actores están inspirados en personajes reales: unos familiares y otros de la calle. Después viene el proceso de interiorización.
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ADIÓS A LO DE “TEATRO INESTABLE DE ANDALUCÍA”
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FOTO: LA ZARANDA |
Cuando nació La Zaranda se presentaba como Teatro Inestable de Andalucía. Todo apuntaba a raíces andaluzas y por tanto a ser comprendidos más por aquellas tierras y girar por los circuitos andaluces. En la actualidad se ha dejado de lado lo del Teatro Inestable de Andalucía.
· En Andalucía hay un circuito que está muy desarticulado, pero ello no nos preocupa – precisa Eusebio. Hemos ido a todas partes hasta 14.000 kilómetros. Nuestra topografía es la emocional. La otra es simplemente una estructura social. Nos movemos en el teatro, pero que no está ligado a Andalucía y no tiene repercusión especial en Andalucía. No nos entienden mejor. Lo curioso es que hablamos en “andaluz” y ello no ha sido un inconveniente. Es más fue en Andalucía donde nos criticaron por hablar en andaluz. En América hemos conocido otras formas de teatro. En lo que respecta a abandonar lo del Teatro Inestable de Andalucía, se debe a que aunque hemos nacido en Jerez y allí trabajamos, no hemos vivido de la política de la región y por eso decidimos abandonar ese título.
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José Ramón Díaz Sande
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