En ¡Por fin solo! se cuenta los secretos de una compañía muy querida, Tricicle. Es un espectáculo basado en hechos reales que hará reír a aquellos que quieran saber más de una compañía, que forma parte de la memoria emocional de nuestro país. Combina lo que se dice y cómo se cuenta, a través del gesto y la palabra de Carles Sans, quien perfila una galería de divertidos y entrañable personajes, consiguiendo una fantástica empatía entre actor y espectadores. CARLES SANS A LA ALTURA DE GRETA GARBO
Carles Sans tiene un parecido con Greta Garbo Esto no me lo había dicho nadie, El parecido está en la expectación de los espectadores de aquellos años que tras varias películas de Greta en el cine mudo, con la llegada del sonoro todos quería oír cómo sonaba la voz de la diva. Aquí sucede algo similar. Después de mucho años de sólo gestualidad en Tricicle, Carles Sans se dispone a usar la palabra como expresión y surge la misma curiosidad, cómo suena. Aunque Carles se resigna a admitir la comparación, precisa pero en lo físico no hay parecido ¿eh? No obstante también en este aspecto hay cierta similitud con Greta. Greta era la belleza por antonomasia. La forma de presentarse Carles Sans ante el público es Soy Carles Sans, «El guapo de Tricile», como dice la presentación. Hay que decir que lo de «guapo» es que cuando alguien tenía que nombrar a los de Tricicle y no se sabía el nombre, lo hacía desde el punto de vista físico: el gordito (Joan Gracia), el calvito (Paco Mir) y el guapo (Carles Sans). A mí me tocó la mejor parte, o sea que yo lo exploto ahora. DEL GESTO A LA PALABRA Tantos años de comedia gestual, eso de pasar a la palabra, a nivel personal siente que para él
es un poco extraño. Te da mucho respeto el tener que afrontar durante una hora y media a solas frente a un público, sobre todo sabiendo que el público viene con muchísima curiosidad. «A ver qué hace ahora sin sus colegas, sin sus compañeros», pero cuando te das cuenta que a los dos minutos el público ya está riendo, ya te da mucha seguridad y ahora me lo paso genial. ¡POR FIN SOLO! El título del espectáculo ¡Por fin solo!, puede crear un equívoco. Una maliciosa podría ser: Por fin me he liberado de esta gente tan… ¡Nooo!, Yo me dedico al humor y no puedo dejar el humor en cualquier momento y situación, por lo cual el título es una ironía humorística, y hay que entenderla como tal. Ahora que estoy liberado hago lo que a mí me apetece, del mismo modo que mis colegas harán lo suyo, pero de hecho no estoy solo. En el cartel están sus siluetas y en el espectáculo les nombro permanentemente, y, de algún modo, es un homenaje a Tricicle. Para el título hable con mis compañeros y se rieron, lógicamente como no podría ser de otra manera. No ha habido ningún tipo de problema y objeciones. TRAS 40 AÑOS DE TRICICLE ¿Por fin solo! nace a partir de que Tricicle se propuso acabar su carrera después de 40 años. Yo me planteé la posibilidad de hacer un espectáculo en solitario porque a mí eso de retirarme no me apetecía en absoluto. Me gusta mucho esta cosa que se llama escenario y este mudo del humor y demás. Es un espectáculo que se basa en anécdotas vividas a lo largo de los 40 años: anécdotas personales, profesionales, anécdotas muy locas y muy divertidas, y lo que es más importante: Todas, todas reales. No es un espectáculo de ficción, son basado en hechos reales. Para ello necesité una ayuda inestimable que ha sido José Corbacho. Un buen día le dije: «José, tengo una propuesta, voy a hacer un espectáculo, solo, y además hablando».«¡Cómo! ¿Hablando???» Con José Corbacho, Carles tiene una amistad de hace mucho años, y al conocerlo bien, José Corbacho confiesa que
La sorpresa fue bastante grande, aunque la verdad es que entendí perfectamente a Carles, porque esto no viene de una cosa profesional, que sí, sino de una cosa, también, personal, como es la de una relación que tenemos de hace años. Vivimos vidas paralelas en el mundo del espectáculo, pero, también, a nivel personal cuando me lo dijo, yo ya sabía que quería subir al escenario y hacer cosas. Sí que me sorprendió el tema de hablar. El tema de haber pasado 40 años sin poder decir nada, y estar una hora y media hablando sin parar …, ¡bueno! lo primero era escucharlo y a partir de ahí, ver este viaje común. Básicamente Carles tiene tanto talento, tanta profesionalidad, tanta experiencia y tanta comedia que se podía haber dirigido solo, pero es verdad que en el mundo del teatro como en otras disciplinas hay que tener una mirada externa y que te pueda ir, no conduciendo ni guiando, sino compartiendo ese viaje. Al final esto es un viaje que hicimos hasta que ya voló solo. Yo lo disfruté mucho, porque el primer día dijimos «¿Qué hacemos?» Yo me siento ahí y. Yo recuerdo – interrumpe Carles – que me dijo «Mándame el guión o lo que tengas escrito». Le dije: «No, no. Prefiero que te sientes. Yo lo vuelco todo. Te hago un pase a lo bruto…» Fuimos a un teatrito… yo me senté y el empezó «tata, tata, tata, tata…», y es que fue maravilloso, sobre todo porque ese material del que él parte es la realidad, y que mejor material es partir de la realidad para hacer una buena comedia. Son anécdotas muy divertidas, muy hilarantes. APUNTALAR LAS ANÉCDOTAS Esta recopilación de anécdotas necesitaban apuntalarlas en un texto, el cual es del propio Carles exclusivamente.
Yo conocía la anécdota, pero, aunque intento ser muy coloquial y cotidiano, tienes que estructurar un texto bien redactado, y eso fue un trabajo que fui haciendo y es el texto que ofrecí a José Corbacho. Ya lo tenía todo fijado en la cabeza cuando le dije a José: «Tengo esto». En principio, unas anécdotas tan vividas y personales puede parecer que permite un juego de improvisación. No es así para Carles. Yo soy poco dado a improvisar. Hay actores como José que es más capaz de improvisar. Yo cuando tengo un texto asegurado y además que sé que funciona muy bien lo respeto como si de una partitura se tratara. PALABRA Y GESTUALIDAD ENTREVERADAS A lo largo del espectáculo, a pesar de ser la palabra la protagonista, se intercalan gestos y movimientos corporales que nos retrotraen a Tricicle, lo cual no se sabe si son inconscientes o guiños su pasado actoral. Van en mi ADN. Yo como actor tengo la gestualidad, y cuando hablo de personajes y situaciones me sale esta gestualidad, y además lo quiero hacer porque quiero que la gente reconozca un actor de Tricicle. El gran éxito de este espectáculo es la conjunción entre lo que cuento y cómo lo cuento. Carles Sans al acceder al mundo de la interpretación lo hizo como cualquier actor. De ahí pasó a la comedia gestual. Ahora da el paso a la inversa. Yo era estudiante de Arte Dramático en el Institute del Teatre de Barcelona, y esto es volver un poco a este origen. Es un poco volver a empezar, aunque en el fondo no ha sido tan complicado, porque yo siempre tenía la espinita de hacer algo de texto, pero pensé que nunca llegaría ese momento. Cuando uno lleva 40 años con una cosa, piensa que va a acabar con esa cosa. Ahora he tenido esta oportunidad y me siento muy satisfecho de haber asumido este reto. ¿UN SEGUNDO ESPECTÁCULO? Los 40 años de escenario han dado para mucho, lo cual permite barruntar que podría haber un segundo espectáculo. Hay cosas que cuento y cosas que no cuento. Algunos episodios los he quitado porque el espectáculo hubiera sido muy largo. Anécdotas me han quedado en el tintero, pero creo que cuento las más fundamentales y jocosas, y van más allá de lo que serían la batallita. No son batallitas. Realmente hay historias muy potentes que el público se sorprende mucho. Al haberse quedado en el tintero muchas anécdotas, podría pensarse en un segundo espectáculo No sé. La verdad es que ahora no me lo planteo. Ahora disfruto. Creo que estoy en un momento de mi carrera en el que vivo el día a día y estoy como en una especie de propina profesional que me regalo a mí mismo y de la que estoy disfrutando muchísimo.
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Título: ¡Por fin solo!
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